La muerte como consejera

Resultado de imagen para la amiga muertePorque nos sentimos inmortales nos permitimos:
Postergar para un mañana inexistente las decisiones y acciones que sólo hoy podríamos ejecutar.

Repr
imir nuestros afectos, negándolos a expresarlos, olvidando que el único tiempo para tocar, acariciar y encontrarse, es un hoy que en cualquier caso será muy breve.

No apreciar la belleza y aprender a verlo todo feo.

Defender nuestra imagen.

Abandonarnos a sentimientos de odio, rencor, ofensa y mezquindades varias.

Preocuparnos por pequeñeces hasta el punto de la depresión y la angustia.

Nos quejamos, somos impacientes, nos sentimos derrotados.

Es hora de que tomemos consciencia, no podemos permitirnos semejante desperdicio de nuestro tiempo único, breve e irrepetible sobre la tierra...hagamos de cada acto un desafío, el desafío de bebernos el elixir de la vida a cada instante, de vivir tan digna e impecablemente el momento en la medida que nuestro poder nos lo permita, disfrutando y saboreando cada momento precioso, porque sepamos con toda certeza que la muerte nos acecha y que nuestra cita con ella habrá de cumplirse inevitablemente.


La muerte como consejera :
Cuando sientas que te estas desgastando en alguna situación emocional o que estás a punto de derrumbarte, acuérdate de tu muerte.

Consiste en tomarse un momento fuera de la dinámica de los acontecimientos cotidianos, para confrontar la situación en que nos encontramos, con nuestra muerte inminente.

Cuando nos estemos autocompadeciendo, cuando sintamos que estamos perdiendo algo muy valioso, cuando sintamos que nos ofenden, cuando sintamos rencor o deseos de venganza, cuando nos estemos aferrando a algo que en realidad ya perdimos, cuando seamos mezquinos y nos neguemos al amor, cuando tengamos miedo o sintamos timidez para actuar como en el fondo quisiéramos hacerlo, cuando una situación nos parezca inmanejable.

En momentos como estos hay que tomar un instante para pedirle que nos aconseje, tenemos que lograr el control necesario para examinar esos asuntos a la luz de nuestra muerte, que espera, considerando la situación como si fuera nuestro último acto antes de morir.
Hasta que la muerte elimine la mezquindad y el miedo.
Hasta que la muerte lo ponga todo en su sitio, en su dimensión justa.

Sólo entonces podremos ver, que comparadas con la muerte, hasta las situaciones más tremendas del mundo cotidiano, en realidad son insignificantes.
Estamos vivos !
Y la muerte nos aguarda !

Eso es lo único que de verdad importa, lo demás son "pequeñeces".

Entradas populares