Creencias

Hay muchas maneras de ver las cosas, el modo en que interpretamos nuestro lugar en la vida depende mucho de lo que decidimos creer en principio. Por eso, para recuperar el poder en nuestra vida, es imperativo que comprendamos y reconozcamos cuales son nuestras creencias personales y cuales las colectivas.
Somos quienes somos y estamos donde estamos debido a lo que creémos con respecto a nosotros mismos; no importa lo que estemos viviendo, son nuestras creencias el fundamento que crea esas experiencias.

Por eso es imperativo preguntarse, ¿cuáles son nuestras creencias? ¿de dónde vienen?

Por regla general, las creencias tienen mucho que ver con el poder: nuestro poder de crear.

Las creencias pueden revelar cómo manejamos nuestra energía. Las creencias son decisiones que tomamos y acuerdos que suscribimos con respecto a la realidad; son un cúmulo de invisibles ladrillos, moldeados según nuestra interpretación de la realidad, que se acumulan a lo largo del tiempo, y desde donde construimos un concepto con respecto a nosotros mismos, en relación con nuestro lugar en la existencia.

Dicho de otro modo entonces, las creencias son los programas según los cuales construímos las experiencias de nuestras vidas. Ellas revelan la manera con la que personalizamos nuestras elecciones y las condiciones que aplicamos a la hora de imprimir la energía de esta fuerza vital, que utilizaremos luego para manifestar nuestros pensamientos.

Todo el mundo tiene múltiples creencias tomadas de muchas fuentes.
La herencia genética, las tendencias familiares, las experiencias infantiles, las influencias culturales y numerosas impresiones de otras vidas son parte de la serie de creencias que definen nuestra experiencia en la realidad en 3D.
Por ende podríamos resumir que las creencias son los pensamientos, en gran parte jamás cuestionados, con respecto a nosotros mismos y al mundo en general.

Esas formas de pensamientos que no vemos, nacen en nuestra imaginación y son almacenados en los bancos de la memoria de nuestro subconsciente, para calificar luego nuestras experiencias tanto en nuestro mundo interno como en el externo. En verdad nuestras creencias nos predisponen al éxito o al fracaso.

Si nuestra visión del mundo es optimista, por regla general estaremos motivados, tendremos una actitud positiva y nos relacionaremos con la vida con entusiasmo y alegría: sin embargo, si nuestra visión del mundo tiende a ser pesimista e interpretamos de manera pesimista la realidad, entonces nuestra sensación de desesperanza y desespero nublará todos y cada uno de nuestros encuentros.

La gente sufre por dolor y confusión debido a la propia creencia de carencia de poder, una creencia que es tan antigua como el susurro del tiempo: todas las formas de conciencia tienen que pasar por varias etapas de aceptación de la propia responsabilidad referente a su poder y a la visión de la creación.

Nuestros encuentros en el mundo exterior, son un reflejo de nuestra realidad interior.
Nos convertimos en lo que pensamos; por ello, en el momento en que cambiemos nuestros pensamientos, nuestra vida cambiará inevitablemente".
Amén.

Entradas populares